Japón es un país al este de Asia conformado por cuatro islas principales: Honshū, Hokkaidō, Kyūshū y Shikoku, que representan el 97% de su territorio, y por otras 6.848 islas menores ubicadas en los alrededores.
En japonés se pronuncia “Nihon” y se escribe 日本, que significa “El origen del sol”, motivo por el cual se le conoce como “La tierra del sol naciente”.
Tiene aproximadamente 127 millones de habitantes, de los cuales casi 30 millones viven en su capital Tokyo y las prefecturas aledañas.
Los primeros habitantes de las islas de Japón datan del período Paleolítico superior. Las primeras menciones escritas se mencionan en libros de China del siglo I. Japón ha tenido influencia de los países orientales aledaños, sobre todo de China, sin embargo, también ha tenido largos periodos de aislamiento. Desde la creación de su constitución en 1947, la forma de gobierno de Japón consta de una monarquía constitucional, con un emperador y un parlamento elegido, conocido como la Dieta.
Según el Kojiki o Furukotofumi (古事記) que es el libro histórico más antiguo que se conserva sobre la historia de Japón, este país fue fundado en el siglo VII a. C. por el Emperador Jinmu.
Durante los siglos V y VI, se introducen el sistema caligráfico chino y el budismo, junto con otras costumbres chinas a través de la península coreana o directamente desde China.
Los emperadores eran los gobernantes oficiales, pero el verdadero poder permanecía generalmente en manos de poderosas cortes nobles, regentes o shogunes (gobernadores militares).
Llegada del cristianismo a Japón.
Durante el siglo XVI, mercaderes de Portugal, de los Países Bajos, de Inglaterra y de España llegaron a Japón y fundaron misiones cristianas. En 1549, llegó a Japón el misionero español jesuita San Francisco Javier tras desembarcar en Kagoshima, Kyūshū, aprovechando las rutas comerciales portuguesas.
Aislamiento de Japón.
A principios del s. XVII, el shogunato vió un riesgo de las misiones cristianas, considerándolas precursoras de una conquista militar por fuerzas europeas y, como medida de protección, ordenó el cierre de Japón a toda relación con el mundo exterior a excepción de contactos restringidos con mercaderes chinos y neerlandeses en la ciudad de Nagasaki.
Este aislamiento duró 251 años, hasta 1854, fecha en la que el comodoro estadounidense Matthew Perry gestionó e impulsó la apertura del Japón a Occidente bajo el Tratado de Kanagawa.
Reforma y expansión
Tras un fuerte conflicto civil denominado Guerra Boshin, el shogunato fue obligado a renunciar y el poder fue devuelto al emperador. La Restauración Meiji de 1868 inició varias reformas. El sistema feudal fue abolido y numerosas instituciones occidentales fueron adoptadas, incluyendo un sistema legal y de gobierno occidentales, junto con otras reformas en lo económico, social y militar que transformaron a Japón en una potencia mundial de nivel medio-alto. Como resultado de la Primera Guerra Sino-Japonesa y de la Guerra Ruso-Japonesa, Japón anexionó Taiwán, Corea y otros territorios a su imperio en expansión.
Potencia mundial del principios del siglo XX
Así se afianzó como una potencia mundial y la única de Asia. Después de la Primera Guerra Mundial, 1918, Japón ocupaba una sólida posición en el Lejano Oriente; contaba con la Armada más poderosa de la zona, ejercía gran influencia sobre China y económicamente la guerra lo había favorecido y lo había dejado en una posición privilegiada.
Depresión de 1920 e invasión a Manchuria.
Durante la década de los años 1920, surgieron problemas internos en Japón que complicaron su administración . El auge comercial que había alcanzado tras la Primera Guerra Mundial disminuyó cuando en 1921, Europa comenzó su recuperación. La suma de estos problemas y la actitud de China, tratando de desplazar los negocios japoneses, derivó en la invasión a Manchuria (septiembre de 1931), la cual se produjo sin la autorización del gobierno nipón.
Cuando el primer ministro Inukai reprobó los actos extremistas, fue asesinado por un grupo de oficiales de marina el 15 de mayo de 1932, y su sucesor consideró que debía apoyar las acciones del ejército adoptando los siguientes 13 años un estricto control de la educación, fortalecimiento del arsenal bélico y una política exterior agresiva orientada a conquistar territorios. Esto culminó en una nueva invasión de Manchuria, desatando la Segunda Guerra Sino-Japonesa.
Japón atacó la base naval estadounidense de Pearl Harbor en diciembre de 1941, lo cual llevó al país norteamericano a declarar la guerra al Imperio Japonés en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Después de una larga campaña en el Pacífico, Japón perdió Okinawa y fue forzada a retroceder a las cuatro islas principales.
El ejército estadounidense atacó Tokio, Osaka y otras ciudades con bombardeos estratégicos convencionales y en Hiroshima y Nagasaki con dos bombas atómicas. Japón finalmente aceptó la capitulación incondicional ante el ejército estadounidense el 15 de agosto de 1945 dando con ello fin a la guerra.
Finalizado el conflicto, el ejército estadounidense ocupó el territorio japonés hasta 1952, tras lo cual Japón comenzaría una muy importante recuperación económica que devolvería la prosperidad al archipiélago. Okinawa permaneció ocupada hasta 1972, y actualmente el ejército estadounidense mantiene un centenar de bases en este país.